10.2.11

"Emigrantes": allá donde van nuestros padres


EmigrantesThe Arrival en inglés— es la cuarta obra del ilustrador y escritor australiano de ascendencia china Shaun Tan. Se trata de un delicioso y sorprendente libro ilustrado que nos cuenta varias historias de emigración. Usa como nexo de unión de todas ellas el viaje que emprende el protagonista, un personaje anónimo que vive en un opresivo país y que se ve impulsado a marcharse de su tierra y a abandonar a los suyos para encontrar un lugar mejor donde poder prosperar. Asistimos, así, a su periplo de final incierto a través del océano y a las dificultades que tiene que afrontar al llegar a un nuevo país; compartimos su soledad e incomunicación en un lugar del que no conoce el idioma y en el que todo es nuevo y distinto para él: la comida, las costumbres, los animales, los edificios, los transportes… Conforme va conociendo gente, también descubrimos las historias de otros forasteros, gente desplazada que ha tenido que dejar sus hogares huyendo de la guerra o de la explotación… El protagonista, con sus escasas pertenencias metidas en una maleta, debe sobreponerse a todas las adversidades y conseguir alojamiento, comida y un trabajo con el que subsistir y ahorrar para mandar dinero a su familia.

Lo que a primera vista parece una obra a caballo entre el cómic y el libro infantil resulta ser una soberbia novela gráfica, profunda y llena de ternura, que conmueve al lector porque logra que se identifique totalmente con el protagonista. Eso es lo que hace de esta obra algo excepcional: el autor no sólo cuenta la historia; desde el primer momento busca que el lector se haga cómplice de ese personaje anónimo, que sienta una profunda empatía con él y se convierta en un emigrante más, forastero en esa nación extraña que van descubriendo los dos juntos. Y esto lo consigue Shaun Tan con dos recursos que son las dos características principales de este libro: el «silencio» y la mezcla de realidad y fantasía.



En efecto, lo primero que llama la atención al comenzar a leer el cómic es que se trata de una obra totalmente muda. El autor consigue contarnos toda la historia sin que aparezca ni una sola palabra. No hay bocadillos para que hablen los personajes, no hay narrador, no encontramos ningún texto inteligible… Cuando las viñetas nos muestran periódicos, rótulos y anuncios, lo que nos encontramos es una especie de escritura jeroglífica que no podemos comprender. Este silencio absoluto busca que el lector tenga la misma sensación de incomunicación que el protagonista y se identifique con él. No entiende nada, todo ha de intuirlo todo a través de los gestos, de los dibujos… tal y como hace el otro.